A las órdenes de Gabriel Olivares, las actrices Amparo Larrañaga y María Pujalte se reencuentran como hermanas.

“Se entienden estupendamente en el trabajo y en la vida, y por eso pueden permitirse odiarse en el escenario”. Así habla Gabriel Olivares de la relación entre Amparo Larrañaga y María Pujalte, dos actrices que ya fueron hermanas sobre un escenario, y que vuelven a compartir parentesco en El reencuentro, la obra de Ramón Paso que estrenan en el Teatro Maravillas.

SECRETOS FAMILIARES.

Y es que esta historia, escrita por el bisnieto de Jardiel Poncela, nos muestra a dos hermanas completamente diferentes, que se ven obligadas a convivir de nuevo tras veinte años enfadadas entre ellas por temas familiares.



Catalina (Pujalte) se quedó cuidando de la madre, mientras Julia (Larrañaga), una virtuosa del violín, se marchó de casa buscando la soledad. Ahora, Catalina se ha quedado sin marido y sin casa y, llena de carencias afectivas pero cargada de paciencia, se ve obligada a pedir refugio en la impoluta casa de su hermana “triunfadora” y “maniática del orden y la limpieza”.

En las dos semanas que las veremos convivir sobre el escenario saldrán a la luz muchos secretos familiares y los odios, culpas y venganzas que las han separado durante tanto tiempo. Un duelo familiar “divertido y gamberro”, que esconde “una historia de amor de dos hermanas que se han olvidado de que se quieren” y que tendrán que “superar su pasado para tener un futuro”, asegura Olivares.


Un tour de force interpretativo con “algo de Baby Jane y algo de La extraña pareja en versión femenina”, que –según el director– nos mostrará, con mucha “retranca”, “nuevos registros de ambas actrices”, quienes pasarán de la risa al llanto y al grito, provocando (esperan) “una montaña rusa emocional” en el espectador, y un “pellizco” en su corazón.

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