Entrevista en la revista 'Teatros'

7:24:00

" Donde hay confianza da asco. La familia tiene extremo para todo, una mezcla de amor-odio"


Decir María Pujalte es recordar a las inolvidables Mamen de “Periodistas” y Mónica de “Siete vidas”. Y es que esta coruñesa es una actriz todoterreno capaz de brillar en cine –“La noche que mi madre mató a mi padre”, “Migas de pan”…–, TV y teatro. Lo demuestra que tenga, entre otros, el Premio ACE (Nueva York) por “Los misterios de Laura”, el Premio Teatro de Rojas por “El método Grönholm” y dos premios de la Unión de Actores, “Entre Rojas” y “Periodistas”. Debutó en teatro de la mano de Mario Gas y sobre esas mismas tablas la hemos visto en “Tristana” o “Losers”.

Hace cinco años estrenaron en el Teatro Maravillas “Hermanas” y ahora llega “El reencuentro”… también para Amparo Larrañaga y María Pujalte. ¿Cuántas alegrías personales y profesionales les está trayendo este reencuentro?
Llevamos poquitos días ensayando, pero está siendo un reencuentro a lo grande. Es una función muy bonita, muy divertida, muy bien escrita, con muchísimo humor y también con mucha carga emocional. De estas funciones que tienen toda la chispa necesaria, pero que están cargadas también de conflictos muy humanos. El trabajo es meterse ahí y, además, como repetimos como hermanas está siendo una maravilla. Tenemos la sensación, lo comentábamos hoy, de estar totalmente sumergidas en la historia, encantadas con Gabriel también. Está siendo una maravilla haber podido empezar el año de esta manera.


Dice Julia: “La familia sirve para hacerle las cosas desagradables que jamás le harías a un desconocido por miedo a las consecuencias”. ¿De verdad somos así?
Bueno, pues yo creo que hay una parte de verdad muy grande (risas). Otra cosa es que uno sea más o menos consciente. A ver, habrá familias de todo tipo, pero yo creo que en general donde hay confianza da asco. Sí, aquí se cuenta en concreto la historia de esta familia y esta familia tiene mucho tomate. ¡Es tela marinera, no se cortan un pelo!

¿María Pujalte tiene hermanas o hermanos?
Sí, somos cuatro.

¿Y alguna vez ha tenido la tentación de matarlos?
Sí, claro (risas). Hay momentos de todo. La familia tiene extremo para todo. Luego hay momentos en que también la compañía que tienes con tus hermanos tampoco se puede comparar a otro tipo de relación, te conoces y has vivido una intimidad muy grande y has crecido en el mismo nido y has compartido todo. Es extraño, es como una mezcla un poco de amor-odio.

¿Cómo es una reunión de familia en casa de los Pujalte?
Es bastante civilizada, la verdad. Somos parcos, no somos muy extremados… También hemos tenido unos padres maravillosos y muy tranquilos y muy sosegados. No es precisamente la historia de la familia de las pobres Julia y Catalina, que me parece que han debido sufrir lo suyo en la infancia (risas).

En realidad estamos hablando todo el rato en tono de broma, pero es verdad que detrás de esta comedia tan divertida se habla de temas serios…

Para mí se cuenta esta ruptura, esta desconexión de estas hermanas durante tanto tiempo y el reencuentro… Se ve que ellas dos se quieren pero que la vida ha hecho una grieta tan grande que les cuesta decírselo y demostrárselo la una a la otra. Están incapacitadas o en este momento se ve una desconexión brutal entre dos hermanas que seguramente se han querido mucho y han sido muy ‘hermanitas’ en la infancia, que se han protegido mucho la una a la otra, pero que hay una grieta bestial, porque ¡mira el tiempo que hace que no se ven y que no se hablan! Cómo cada una ha sobrevivido al incendio este de la relación con su madre. Habla de todo eso, de las grietas entre los familiares, pero al mismo tiempo con un arma poderosísima que es el humor, un humor muy negro, muy bestia, no tiene filtro, muy políticamente incorrecto y a mí eso me encanta. Es muy salvaje el humor que tiene.

¿Qué pensó cuando leyó por primera vez el texto?
Que me encantaba, me reí muchísimo, me pareció muy salvaje. Que me encantaba, que me encantaban los personajes, que me encantaba la historia, que me encantaba el nivel de salvajismo y que me encantaba todo (risas). Una función de estas que dices: “Me encantaría tanto hacerla como verla”. Para mí ha sido un regalo…

Háblenos de su personaje, quién es, cómo es…
Catalina es una mujer que ha llegado a la madurez de su vida completamente destruida, no tiene pilares en su vida, todo se le ha hecho trizas, no tiene donde agarrarse, pero nada, ni familiares, ni amigos, ni posición social, ni pareja, ni nada de nada de nada. Lo único que tiene es esta hermana con la que hace veinte años que no se ve. Entonces ella decide ya que no tiene absolutamente nada que su único flotador, su único salvavidas es su hermana y es lo único que puede intentar recuperar. Con toda esa mochila aparece en la vida de su hermana…


¿Cómo es trabajar a las órdenes de Gabriel Olivares?
Yo me lo estoy pasando genial, está siendo una gozada. Y todos tenemos la sensación de estar muy inmersos en el universo este. Yo creo que Gabriel enseguida te pone a andar, te cambia, te propone, te dice, te mueve, tiene un sentido de la comicidad y de la comedia estupendo. Nos reímos un montón. Y te tiene siempre de un lado para otro, es una maravilla, es hacer, es construir y jugando todo el rato. Para mí está siendo una gozada.

¿Y cómo es Amparo Larrañaga?
Es una crack. Imagínate tú… una compañera y una mujer que tiene, no sé a qué edad se subiría a un escenario, la cantidad de teatro y de giras y de gran variedad de temática… Toda la experiencia más toda su saga… Son personas de teatro de los pies a la cabeza. Las dos somos muy disciplinadas, muy perfeccionistas, nos entendemos bien, nos reímos, nos ayudamos, nos apoyamos. Es una muy buena compañera de viaje. Si no, una función de dos… tenemos que apoyarnos mucho la una a la otra y hace falta esa confianza que tenemos para ir construyendo este trabajo despacito y bien, con mucha confianza en tu compañero, que eso sí que es importante. Es al 50 por ciento. Es una gozada trabajar con ella.


¿Qué hace de “El reencuentro” una propuesta irresistible?
¡Yo lo veo tan claro! (risas). Siempre decimos lo mismo, pero es que es verdad. Es una función muy bien escrita por Ramón Paso, muy bien construida, con un clarísimo tono de comedia negra y bárbara y yo creo que es carcajada segura sin vacuidad, con una carga emocional muy grande. Y también va a haber momentos para eso, para ver a dos personas muy destrozadas. Te estás riendo de la tragedia. Es una función que te permite y que te empuja a que te rías del drama de la familia, de la tragedia de la familia. 

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